Alimentos perdidos y hambre en aumento en AL

La alimentación es una necesidad y derecho fundamental para el ser humano, de la misma forma la cantidad y la calidad de los alimentos que consumimos son un factor indispensable para el desarrollo individual. Por ello, es preocupante la pérdida de alimentos que sucede principalmente en la producción, poscosecha (etapa de selección del producto), almacenamiento y transporte, así como en el desperdicio que ocurre durante la distribución y consumo, en su venta mayorista o minorista, servicios de venta de comida y consumidores que deciden desechar alimentos que aún están en buenas condiciones y mantienen su valor.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, mejor conocida como FAO, indica que a nivel mundial se pierden o desperdician 1 300 millones de toneladas cada año, de lo cual América Latina contribuye con 127 millones de toneladas en el mismo periodo. La FAO calcula que solamente con los alimentos desaprovechados en América Latina serían suficientes para satisfacer las necesidades alimenticias de 300 millones de personas a nivel mundial y 36 millones en la región latinoamericana, esto último considerando solo los alimentos perdidos en los puntos de venta directa a consumidores.

En el mes de octubre de 2014 se realizó una Consulta Regional, en la que expertos de 13 países latinoamericanos y caribeños analizaron el alcance de la problemática y las acciones en marcha. Entre esas acciones sobresale la propuesta para la erradicación del hambre al año 2025, meta adoptada en 2005 por la Iniciativa América Latina y el Caribe sin Hambre, y asumida plenamente por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en 2015.