Tecnología satelital y la merluza argentina

En América Latina la pesca es una actividad económica importante al generar empleos e ingresos. En Argentina la merluza (Merluccius hubbis) representa uno de los recursos pesqueros de gran importancia comercial, pues tan solo en el 2014 se reportó una captura de 259 201 toneladas, lo cual corresponde a más del 50 por ciento de la pesca total en la región Latinoamericana.

Marina Marrari científica asistente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en el Servicio de Hidrografía Naval de Buenos Aires, Argentina, encabeza una investigación ardua empleando la tecnología satelital para conocer la dinámica marina y de la merluza. A través de imágenes de alta definición obtenidas de sensores satelitales como SeaWiFS (1997–2006) y MODIS (2007–2015) durante 17 años, un periodo de tiempo único para Argentina, ha sido posible estimar la concentración de clorofila en las principales zonas de desove y cría de la merluza. De esta forma se ha demostrado un aumento considerable de las concentraciones de clorofila desde 1997. La presencia de clorofila, que es el pigmento que se emplea para la realización de la fotosíntesis por los organismos vegetales microscópicos (fitoplancton), funciona como un indicativo de la dinámica y variación de las poblaciones de merluza año con año.

La disponibilidad de los datos de color del océano, como el color verde en el caso de la clorofila, permiten investigar diversos temas como la productividad primaria que es un elemento fundamental de la cadena alimenticia; el cambio climático y su impacto en las especies marinas; y por supuesto, organizar y optimizar la pesca evitando efectos negativos sobre el ecosistema y en las poblaciones que dependen de esta actividad. Esta investigación continúa con una segunda fase en la que pretenden integrar diversos factores que también estén implicados en la reproducción y establecimiento de la merluza.