Mensajes en las entrañas
- ANCLa
- 19 ene 2016
- 3 Min. de lectura
En aquellos momentos de reflexión es complicado imaginar que después de una fecundación y ser una diminuta célula llegamos a conformarnos en seres complejos. Sin embargo, es una realidad que todo lo que somos es a partir de innumerables procesos.
Uno de esos procesos, en los que pocas veces nos ponemos a pensar, es la formación de la sangre. ¿Cómo es que empieza a correr sangre por nuestras venas? ¿Viene de nuestra madre en el vientre? Pues esto tiene una explicación, realmente es algo sorprendente. Todo inicia en el vientre de nuestra madre aproximadamente tres semanas después de la fecundación. Varios grupos de células madre que se ubican en el saco vitelino, el cual funciona como sistema circulatorio en esa etapa de desarrollo, se encargan de formar a las células que dan lugar a nuestra sangre.
Las células madre tienen la capacidad de formar otros tipos de células que desempeñan una función específica dentro de nuestro cuerpo. En el caso de la sangre, aunque la conocemos como un líquido, también se conforma de partes sólidas. Eso se debe a la formación de tres tipos de células: los eritrocitos o glóbulos rojos que se encargan de transportar oxígeno y nutrientes a todos los órganos de nuestro cuerpo; los leucocitos o glóbulos blancos quienes son nuestra defensa interna ante la presencia de agentes extraños para nuestro cuerpo, como las bacterias, los virus o sustancias ajenas; y las plaquetas que intervienen en el proceso de coagulación de la sangre. Estas células viajan a través de nuestras venas acompañadas de una parte líquida llamada plasma. A este proceso de formación de las células de la sangre se le conoce como hematopoyesis.
La sangre se enferma
Las enfermedades en la sangre son más comunes de lo que imaginas. Una mal nutrición es motivo suficiente para que se desencadene una anemia en la cual hay una disminución de glóbulos rojos, incluso diferencia de tamaño o forma. Otros factores como los trastornos genéticos producen la aplasia medular en la que son afectados los tres tipos de células sanguíneas. Cuando se presentan estas enfermedades en nuestro organismo se ponen en marcha las funciones emergentes de otros órganos, como el hígado, que se encarga de atraer a las células madre provenientes de la médula ósea y asegurar que se pueda llevar a cabo la hematopoyesis; llamada en este caso extramedular por realizarse fuera de la médula ósea.
Científicos de la Unidad de Terapia Celular (UTC) perteneciente al Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), reportaron en el 2015 la forma en que el hígado atrae a las células madre. Durante los experimentos que realizaron con ratones probaron movilizadores celulares, que son medicamentos actualmente empleados para estimular y movilizar a las células madre de la médula ósea hacia la sangre periférica. Sus resultados indican que los medicamentos inducen la producción del factor SDF-1 o factor 1 derivado del estroma, en el hígado. Esta es una sustancia química que posee un efecto inductor (quimioatrayente), la cual emite señales para atraer a las células madre hasta el hígado. En este órgano se genera un ambiente adecuado para formar los tres tipos de células sanguíneas fuera de la médula ósea cuando esta tiene algún fallo. Por lo que el hígado respalda y compensa la función de la médula ósea para realizar la HEMATOPOYESIS. Los científicos concluyeron que es posible estimular a un órgano que en etapas tempranas de nuestro desarrollo tiene una función tan importante como la formación de la sangre y así, en la etapa adulta ser estimulado para auxiliar a la médula ósea.
Estos estudios permiten que el panorama sobre el tratamiento de estas enfermedades sea mucho más amplio, así como plantear y responder nuevas preguntas para que los tratamientos empleados para las enfermedades relacionadas con la sangre puedan ser mucho más eficaces.
Resumen del artículo científico:
http://goo.gl/XkXQRB























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