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La invasión del pez león: una guerra sin cuartel

  • ANCLa
  • 22 dic 2015
  • 4 Min. de lectura

Desde hace ya 20 años, en los hermosos arrecifes coralinos del Caribe Mesoamericano en países como Republica Dominicana, Costa Rica y México, se ha librado una guerra contra un invasor. El enemigo, aunque pareciera hermoso, es un depredador voraz que ha arrasado con la fauna endémica de los corales mesoamericanos.


El pez león (Pterois volitans) es un originario de la zona de Asia-Pacífico y tiene una apariencia extravagante. Se encuentra rodeado de espinas venenosas que lo protegen de sus depredadores y presenta una coloración rayada generalmente. Por su fortaleza y comportamiento es un pez ornamental perfecto para cualquier acuario de agua marina. A partir de mediados de los noventas este pez llego al mar Atlántico y al Caribe.


El pez león (Pterois volitans) en un acuario. CC

La historia de su llegada a los bancos de arrecife de coral en Latinoamérica es aún un misterio. Pero existe una historia que se ha tomado como explicación: durante el paso del huracán Andrew por las costas de Estados Unidos un tanque de acuario fue dañado en la bahía de Byscane en la Florida, y para salvar a los afectados liberaron seis ejemplares en el Océano Atlántico. Aunque 6 ejemplares podrían tener muy pocas probabilidades de desencadenar un desastre ecológico de tal magnitud, podríamos sumar a todos los peces León liberados en la Florida por dueños de acuarios durante años. Este tipo de introducción de especies exóticas a un medio natural se le conoce como el “efecto Nemo”.


De seguro el nombre te suena conocido, pero por si no es así, el “efecto Nemo” viene de la famosa película de Disney-Pixar “Buscando a Nemo” el nombre fue dado por el momento en que el pez es tirado a la alcantarilla y llega al mar. Cuando las condiciones son favorables para el organismo invasor este prospera y afecta a todo el ecosistema. Las principales condiciones son: (i) adaptabilidad al medio o bien la suerte para que sea un ambiente parecido al ambiente natural, (ii) altas tasas de reproducción para poder proliferar rápidamente, y (iii) la falta de depredadores naturales. El pez león, las tuvo todas.


Su gran voracidad no deja escapar huevecillos de otra especie, larvas de crustáceos como las langostas, y gran variedad de crías de peces. En cuanto a los depredadores, en su ambiente natural son presa de morenas, peces ballesta, tiburones, entre otros, pero en el Caribe no existen depredadores naturales y los pocos que existen, como los tiburones y los meros, encuentran presas más suculentas y fáciles de atrapar.


Distribución actual del pez león invasor en el Gran Caribe (Actualizado en febrero de 2013).

La declaración de guerra


En el 2009 la primera cooperativa que se sumó junto con académicos para poner fin a este desastre ecológico fue la SCPCC (Sociedad Cooperativa de Producción Pesquera Cozumel) en la reserva de Sian Ka´an ubicada en las costas del caribe mexicano. La depredación de las crías de langosta puso en riesgo a todas las pesquerías. En asociación con la COBI (Asociación Civil Comunidad y Biodiversidad), desde el 2007 los integrantes de la cooperativa tomaban cursos de entrenamiento para el control y recuperación de poblaciones de langosta y peces. Para cuando la situación con el pez león se volvió insostenible, los pescadores estaban más que capacitados para tomar cartas en el asunto y llevarlos directamente a la mesa. Al principio el extravagante platillo tuvo muchos problemas, la simple idea de comer un pescado venenoso no era atractiva a los turistas. La COBI ayudó a hacer degustaciones en centros turísticos como Playa del Carmen y Cancún. Actualmente la difusión del consumo del pez león se encuentra promovido por universidades locales como la Universidad del Caribe quien por medio de la participación en un documental ambientalista incluye la problemática del pez león, además, con un nuevo recetario compuesto por menús elaborados a base de pez león y creado por alumnos con el fin de contribuir en la erradicación de esta especie invasora. Las cifras de su consumo son alentadoras, este año se han sacado 3.5 toneladas, una menos que el año pasado.


Imagen del Parque Nacional Arrecifes, México

http://arrecifealacranes.conanp.gob.mx/pez_leon.php

En República Dominicana, los habitantes observaron a este temible invasor desde 2011. La dominación de este depredador fue muy rápida, y es que la reproducción del pez león es muy eficaz. Los pobladores y buzos de la zona narran historias de lo increíble que fue la invasión, “de la noche a la mañana había peces león en todo el arrecife”. Cada hembra es capaz de poner hasta 30 000 huevecillos cada 4 días, una vez fertilizados, a las 36 horas las larvas son capaces de alimentarse con pequeños organismos. En esta isla caribeña, los planes de manejo de las cooperativas de pescadores han promovido la caza con arpón del pez león mediante el buceo turístico, y en cuanto a las campañas para promover su consumo, estas han sido siempre acompañadas de ingenio como por ejemplo el eslogan en los medios masivos “cómete un león”.


Las estrategias para acabar con este indeseable visitante varían de país en país. En Costa Rica, la ASOPAC (Asociación de Pescadores artesanales del Caribe), por medio de la Universidad de Costa Rica y el PNUD Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo consiguió el financiamiento para capturar al pez león en trampas artesanales llamadas Nazas, estas son jaulas de madera. Aunque las acciones están apoyadas desde la presidencia de esta nación centroamericana y organismos internacionales de conservación como la IAF (Inter-American Foundation), investigadores como Sandel Vera de la Universidad de Costa Rica, aún enfatizan la necesidad de impulsar acciones coordinadas para manejar esta situación.


Control de daños

La invasión del pez león se extiende hasta hoy a las Antillas Mayores y gran parte de las menores, en los países continentales que rodean al Golfo de México hasta Centro América, y en todo el Caribe. Aunado a este rápida propagación, la corriente del Atlántico ayuda a dispersar los huevecillos hasta Carolina del Norte en E.U.A, dónde la temperatura del agua -que es demasiado fría- de menos 16° C detiene su avance.


Existen numerosos estudios de la presencia del pez león en Cuba y Colombia, en donde se están tomando acciones para combatir su proliferación. Los pescadores de las Cooperativas que han participado han viajado a sesiones en Cuba, Panamá y han contribuido con la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) para compartir sus experiencias y ayudar a acabar con este grave problema ecológico.



 
 
 

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