¿Por qué hay que vivir con el colesterol?

Las grasas no te llevan al lado oscuro

Cada vez más en nuestra sociedad se opta por tachar de dañinos a más y más alimentos, muchas veces porque resulta más fácil incitar a reducir su consumo con mala publicidad que intentar explicar la importancia de moderar y equilibrar su consumo. Este es el perfecto caso de las grasas, un grupo de alimentos cuya reputación es tan mala que incluso se consideran innecesarios. El objetivo de esta nota es reconocer la importancia de las infames moléculas de grasa, que además de sabrosas son fundamentales para nuestro cuerpo.

¿Solo mi aceite de cocina es una grasa?

La respuesta es no. Las grasas son un grupo muy amplio de moléculas que se dividen en triglicéridos, fosfolípidos y esteroles, que aunque tienen nombres extrañísimos, son fundamentales para la vida y por ello se les denomina biomoléculas. El nombre formal de este grupo de biomoléculas es lípidos, y lo que tienen en común es que ninguna es soluble en agua y están compuestas de Carbón, Hidrógeno y Oxígeno.

¿Para qué las necesitamos?

Empecemos con los triglicéridos: su mayor utilidad es como energía de reserva, pero además son las moléculas que rellenan el tejido adiposo, el cual es responsable de proteger nuestros órganos vitales. Los triglicéridos se encuentran en los aceites de origen vegetal y en las grasas sólidas de origen animal (manteca, sebo). Pueden presentarse como sólidos o líquidos dependiendo de su estructura, la cual es de cadenas largas de carbono (Figura 1) que pueden tener un enlace sencillo, conocidas como grasa saturadas (sólidos) o un enlace doble que conforman las grasas insaturadas (aceites).

Figura 1. Estructura química de la Glicerina. Se compone de largas cadenas de carbono.

Tal vez el nombre de grasas saturadas te lleve a pensar en enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, el hecho es que este subtipo de triglicéridos es más difícil de descomponer en nuestro cuerpo, esto implica que estos lípidos son más complicados de transportar a través de los conductos sanguíneos promoviendo los bloqueos de estos. En conclusión, llega a ser más dañino el consumo de grasas sólidas saturadas (margarina) que el consumo de los aceites insaturados (aceite de oliva). Claro que consumiendo altas cantidades de cualquiera puede ser una complicación y no solo para nuestro corazón.

Sigamos con los fosfolípidos, al ser la base de todas las membranas de nuestras células. Las membranas celulares son las encargadas de proteger la célula y son fundamentales para que entre ellas se comuniquen y les sea posible detectar lo que sucede a su al rededor. Si estas funciones no se llevaran a cabo sería imposible la vida como la conocemos. Lo más interesante de estos lípidos es que nosotros mismos los producimos, pero requerimos de los triglicéridos como materia prima (observen en la imagen 2 que son muy similares), así que esta es otra buena razón para incluir las grasas en nuestra dieta.

Figura 2. Estructura química de la Glicerina con un grupo fosfato.

El último grupo son los esteroles, de estos el más importante y el de peor reputación de todas las grasas es el colesterol. A este esteroide le hemos dedicado un video, ahí podrán ver qué es el colesterol, por qué es importante y como puede servir para constituir desde las vitaminas hasta nuestras importantísimas hormonas sexuales. En el video también se explica qué es el colesterol bueno y el colesterol malo. Espero lo disfrutes

Al final de esta revisión de las protagonistas de nuestros gustos culposos alimenticios nos percataremos de que la lección radica en la moderación. No podemos ni debemos de dejar de consumir grasas, ya que son fundamentales para nuestra vida, tan importantes como las proteínas o los carbohidratos de la carne o las verduras. Lo único que hay que considerar es la ración que consumimos al día de las siempre desprestigiadas pero nunca substituibles grasas.