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De acidez estomacal, gastritis y otros malestares

En América Latina se estima que entre un 25 y 30 % de la población presenta problemas gástricos entre los que destaca la gastritis. Cuando regresamos de la fatídica consulta médica que nos condena con una gastritis; las recomendaciones de evitar “irritantes” no se hacen esperar y se vuelve parte de nuestra vida el decir que no a la comida muy ácida o con mucho picante. Entonces surge la pregunta ¿qué significa realmente un irritante (ácido) y qué tiene que ver con nuestro inocente organismo deseoso de picante y café?


Lo ácido

En primer lugar, es necesario aclarar que los ácidos nunca vienen solos, siempre están acompañados por su contraparte, las bases. Estas dos sustancias químicas fueron diferenciadas por la humanidad desde hace mucho tiempo con nuestros sentidos, principalmente el gusto: los ácidos son agrios (un limón) y las bases son amargas (como el jabón en la boca). Pero fue hasta el siglo XIX cuando Svante Arrhenius definió ácidos y bases de manera sistemática de acuerdo a su comportamiento en una solución acuosa (mezcla de agua y otra sustancia en menor concentración, en este caso ácidos o bases). Los ácidos son aquellos que liberan iones hidrógeno (H+) (HCl) y las bases iones hidróxido (OH-) (NaOH). Posteriormente Brönsted y Lowry propusieron una definición más general: los ácidos donan H+ y las bases son las que pueden aceptarlos.


Esta última definición ayuda a entender el por qué el valor de pH, representación matemática de la concentración de iones H+, es un parámetro que determina la acidez. También la definición de Brönsted-Lowry nos permite visualizar las reacciones de neutralización. En ellas, como su nombre lo dice, las dos sustancias reaccionan para reducir sus efectos. (Más información en el video)


Cuando sufrimos acidez estomacal, lo cual sucede justo cuando hemos ingerido una gran cantidad de ácidos (condimentos o alimentos picantes), la solución es agregar a nuestro estomago una base para que reduzca la cantidad de H+ que tenemos. Estas bases salvadoras pueden ser la leche de magnesia[1] (Mg(OH)2) y el bicarbonato (HCO3-, el que nos daba la abuelita para evitar acidez[2] ).


Y que hay con nuestro estómago y la gastritis

Resulta que nuestro estómago continuamente produce ácido clorhídrico (HCl), que es la principal sustancia para iniciar la degradación de alimentos. La forma como nuestro organismo resiste este ataque es que las células de las paredes estomacales producen una mucosa, la cual es una solución acuosa llena de bicarbonato que neutraliza los H+ antes de que afecte nuestro cuerpo. Y entonces, ¿qué falla cuando tenemos gastritis?


La gastritis se produce cuando la mucosa se inflama. En consecuencia, un agente irritante (ácido), ante una mucosa debilitada, es capaz de lastimar nuestras paredes estomacales. Entonces el verdadero problema está en ¿quién debilita la mucosa? Pueden ser algunos medicamentos que neutralizan el bicarbonato de la mucosa y rompen el equilibrio (el caso de la aspirina), o también un agente como el cigarro que la adelgaza. Algunos gracias a la herencia la tenemos muy delgada. El culpable más cotidiano del debilitamiento de la mucosa es la acción de la bacteria Helicobacter pylori. Este organismo que crece en la mucosa aumenta la secreción de ácido gástrico y disminuye la producción de bicarbonato.



Entonces resulta que los irritantes (ácidos) no causan nuestra gastritis ya que ellos siempre están en nuestro estomago; más bien lo que la causa[3] es un agente que rompe el equilibrio ácido- base de nuestro estómago.


Así que si aún no tienes gastritis, basta con cuidar tu mucosa y puedes disfrutar de toda la salsa picosa que se te antoje.





- Eduardo Becerra-Torres -


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