Una hormona anticancerígena: avances alentadores
La división descontrolada de las células es el proceso que describe el cáncer, una enfermedad que ha preocupado desde hace mucho tiempo a la humanidad. El cáncer puede aparecer en casi cualquier tejido u órgano del cuerpo, lo cual ha implicado entera dedicación por parte de investigadores de diversas áreas de la ciencia para poder conocer el origen y generar soluciones o alternativas para combatirlo. A lo largo del tiempo se ha producido información que continúa ampliándose y aunque requiere tiempo y mucha dedicación, siempre surgen las noticias alentadoras sobre los resultados positivos en este campo.
Nuestro cuerpo tiene su propia red de comunicación
Los seres humanos gozamos de una gran virtud al poder comunicarnos de diversas formas, incluso cuando alguno de nuestros sentidos no funciona. Manifestar nuestras ideas, sentimientos, necesidades y más, son parte de nuestra interacción social, pues así formamos redes de diferente índole (afectiva, laboral, etc.). Incluso actualmente la tecnología nos ofrece herramientas que permiten generar y mantener comunicación hasta con el espacio exterior.
El hecho de transmitir información implica una coordinación para compartir y recibir los mensajes adecuadamente, justo aquí es donde se generan dificultades de diferente nivel de complejidad. En este momento trato de comunicarme con ustedes estimados lectores a través de una secuencia de palabras contextualizadas con la finalidad de transmitirles información específica, pero al mismo tiempo dentro de mi cuerpo existe una comunicación múltiple y simultánea. Por ejemplo, las neuronas de mi cerebro se comunican para que mis ideas puedan fluir en estas líneas, junto con las células de mis ojos, las células de mi piel, las células de mis músculos, las células de mi corazón y muchas más generan una red de comunicación impresionante.
La comunicación entre las células es posible por diferentes medios, es decir, depende del papel que desempeñen y la información que transmiten. La Comunicación Nerviosa (sucede en las neuronas) implica un flujo de información electroquímica lograda por neurotransmisores (sustancias químicas), este tipo de comunicación podría asemejarse al mariposeo que sentimos en el estómago cuando algo nos emociona; la Comunicación Paracrina es como cuando escuchamos la conversación de las personas que viajan a nuestro lado en el autobús, es decir, la comunicación es entre las células vecinas. Por otra parte, la Comunicación Endócrina, es en la que se encuentran implicadas las hormonas, las cuales son sustancias químicas segregadas por las glándulas de nuestro cuerpo y viajan a través del torrente sanguíneo para llevar los mensajes al órgano o tejido indicado, algo así como enviar la tarea por correo electrónico al profesor.
Ouabaína: hormona anticanerígena
Investigadores del Departamento de Fisiología, Biofísica y Neurociencias del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional han puesto a prueba una hipótesis en la que se señala que el buen funcionamiento de nuestro organismo obedece a la comunicación existente entre las células. El hecho de que las células transfieran la información permite que coordinen sus funciones a nivel tejido u órgano, básicamente un trabajo en equipo excepcional.
Después de cuatro años han comprobado la función anticancerígena de la hormona ouabaína, la cual es segregada por el hipotálamo, la hipófisis y las glándulas suprarrenales. Anteriormente solo se conocía a la ouabaína como una sustancia procedente de algunas plantas, también se utilizó como tratamiento para la hidropesía y ahora se suministra a pacientes con insuficiencia cardiaca. Esta hormona estimula la comunicación celular que se lleva a cabo mediante el intercambio de iones y moléculas que llevan mensajes entre un grupo de células cancerosas.
Es una excelente noticia que una hormona que se produce en nuestro cuerpo pueda tener un efecto anticancerígeno. No obstante, el Dr. Marcelino Cereijido, quien encabeza este equipo de investigadores, señala que aún hay trabajo por hacer, ya que se requiere llevar la investigación a un modelo de experimentación animal, integrar a expertos del área de cancerología. Por lo tanto, deben ser cautos en lo que continúa, esperando seguir obteniendo resultados positivos.
