De: La Ciencia; Para: El Arte

Es muy común que los procesos industriales para la fabricación de diversos productos se generen desechos que pueden tener efectos negativos en el ambiente o en nuestra salud. Sin embargo, la ciencia también se ocupa de buscar soluciones para estas situaciones. Existe un caso particular, el proceso de obtención del algodón, en el cual para limpiar las semillas y separarlas por completo del algodón se requiere de un tratamiento químico que genera residuos contaminantes. Así que aquí va una buena noticia que podrá contentos a los artistas plásticos, un presente de la ciencia para el arte y a su vez para el ambiente.

El contenido de tu guardarropa

Probablemente si revisas la etiqueta de tu playera o hasta tu ropa interior encontrarás en la leyenda el porcentaje de algodón con el que la elaboraron. El algodón se encuentra en la parte interna del fruto, formado de delgados filamentos entrelazados de color blanco, los cuales rodean la zona externa de las semillas. Su textura fina, tersa y sobretodo sus características absorbentes y resistentes lo hacen un material ideal para la elaboración de hilo que posteriormente se emplea para la fabricación de textiles como las prendas de vestir (entre ello tu ropa interior), artículos de higiene personal o uso doméstico, también se utiliza como material de curación, incluso para la elaboración de papel moneda (euro o dólar). Esta fibra natural posee un gran valor como recurso natural desde tiempos memorables, se tiene registro en Egipto de aproximadamente más de 10,000 años.

La razón prodigiosa de la fibra de algodón está en su estructura y composición, la cual en su mayor parte se constituye de celulosa. Esta es una molécula orgánica que forma largas cadenas (por eso también forma fibras largas) que por una parte se encuentran ordenadas (celulosa cristalina) y por otra enmarañadas (amorfa), aunque a simple vista siempre lo vemos como una maraña, en la escala microscópica posee ambas partes mencionadas. La celulosa está presente en la pared de las células vegetales con una importante función estructural para dar sostén a los órganos que conforman a las plantas (tallo, hojas, flor, fruto).

Obsequio de residuos

Los productores de algodón también ponen mucha atención en las semillas, ya que estas se emplean para siembras futuras o para producir aceite. Por esta razón es que recurren a métodos químicos para separar por completo el algodón de las semillas, lo cual deja aquellos residuos que contaminan el ambiente. Así que, investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Industrial de Argentina logaron desarrollar un procedimiento para transformar el residuo resultante en celulosa cristalina, la parte en que encuentran ordenadas las fibras.

En el arte el algodón también es muy valorado, sobretodo en la restauración por su resistencia y su estabilidad en periodos prolongados de tiempo. No obstante, el producto ya fue probado en la restauración de obras que forman parte del Patrimonio Cultural, las cuales están elaboradas con materiales a base de celulosa como madera o papel. El resultado fue un alto rendimiento al emplearlo en la reparación de objetos del Ministerio de Economía en Argentina.

Otras aplicaciones interesantes de esta celulosa cristalina son en la industria alimenticia y cosmética, en donde se utiliza para dar consistencia a los productos; la industria farmacéutica como agente disgregador o compactador de tabletas. En un futuro el INTI (Argentina) considera estos sectores para emplear la celulosa cristalina que se obtiene de los residuos.

Sin duda es alentador que la ciencia pueda ofrecernos alternativas para el manejo de residuos, pues es difícil prescindir de elementos y materiales que son parte de nuestra cotidianidad como lo es el algodón. Así que, podremos seguir utilizando nuestra ropa de algodón y apreciar el arte en sus diversas formas que forman parte de nuestras ciudades y su historia.